Entrar desde el mar inquieto
cuando la brisa queda inmóvil
esperando la nada
entrando desde afuera
cuando el frío se ríe
a carcajadas de mis temblores
desaparezco del reloj antiguo
y la vista se hunde en niebla
atrapo una letra para ordenarla
entro al desorden desde la quietud
mis flores debajo de sus zapatos
escapan para seguir entrando
a este mar inquieto.
Rearmo letras
se realinean las líneas de arena
frágil la tierra
trizaduras en mis ojos
cosecho la última costra de sal roja